Los lectores de El País.com y el editorial sobre los toros

Al principio me ha dado miedito porque pensé que estaba leyendo La Razón sin querer, pero no. El editorial de hoy en El País (lamentando la desaparición de la tortura taurina en Barcelona) es de los que duelen: el buque insignia de Prisa sólo se pone así de facha cuando alguien de izquierdas gana las elecciones en un país Latinoamericano.

Empieza con el argumentito (no llega a la categoría de argumento) de que los toros son tradición… como ver las campanadas de fin de año en TVE.

«Barcelona, que llegó a contar con tres plazas, ha sido una ciudad de muy densa tradición taurina. La capital catalana ha combinado en perfecto mestizaje castellers con ópera, sardanas con zarzuela y toros con los catalanísimos coros de Clavé. La tradición del bou embolat en Tarragona certifica el arraigo de los toros como parte de los festejos locales, como en gran parte del resto de la costa mediterránea.»

La pregunta es: ¿Y?

Después de la dosis de carpetovetonismo de progre con sentimiento de culpabilidad, el editorialista pasa al insulto:

«(…) esas tradiciones han ido cediendo el paso lentamente, a lo largo de los años, a una mentalidad rigorista en la defensa de los animales, no sólo entre ecologistas radicales, sino también entre otros sectores sociales.»

Las negritas (o letritas ‘de color’, como diría, acaso, el editorialista acomplejado) son mías, tan mías como el dolor que siento cuando mi diario de referencia (cada vez menos) se vuelve más ‘lelocón’ (lelo y neocón, vamos). Es lo que le pasa con el arrebato esquizo-neoliberal de la muerte con que termina el suplicio impreso. El tipo, que habla en nombre del periódico, se descuelga con que el Estado no debe intervenir en la economía (lo sé, no viene a cuento, pero el autor va y lo deja caer por si cuela -que no cuela, no-), pero que en este caso, ‘alomojó’, sí debería meter baza a favor de la industria de la torturomaquia (el editorial se caga y dice «sectores culturales y turísticos de la ciudad»).

Afortunadamente, la edición on line de El Pís El País, permite introducir comentarios. Y el cabreo de los lectores parece macanudo.

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natalia – 18-12-2006 – 16:58:17h
Otra vez ElPais a favor de las corridas de toros. No se entiende esta postura más emocional que otra cosa en un medio que se quiere progresista y adelantado, a ver cuándo baja a la realidad de las cosas y rechaza la crueldad con los animales, en las corridas también.
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TOMAS – 18-12-2006 – 16:48:43h
Me parece estupendo que pronto no haya corridas de toros en Barcelona . Es un espectaculo brutal se mire como se mire. En cuanto a la editorial, produce sonrojo.
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Sonia – 18-12-2006 – 16:19:50h
También me decepciona el editorial de un periódico como El País. No sé si en este caso ha influido o no una postura catalanista frente a una pretendidamente españolista. Yo soy andaluza y detesto las corridas, así que sean cual sean las motivaciones, me felicito po ello. Y la verdad, no creo, que una ciudad como Barcelona vea afectada su afluencia turística por que no tenga corridas, por favor….
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Carmen lopez – 18-12-2006 – 18:37:06h
Un abrazo para todas las personas que desean como yo que termine de una vez para siempre esa horrible crueldad que significa el asesinato de toros, ojalá la erradicación total esté cerca. la posición de El País me parece muy freudiana: muy agresiva y muy torpe, como corresponde a un cierto arquetipo de lo masculino.
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46
Alejandro – 18-12-2006 – 18:12:41h
Este es un editorial muy mal planteado y muy poco inteligente. Es claro que deja por fuera responder si es o no un acto brutal contra los animales. En la argumentación los silencios y omisiones son ventajas al interlocutor. Realmente malo el editorial. Soy de Costa Rica y acá, por herencia española, hacemos corridas de toros con nuestro estilo autóctono, pero ninguno de los animales muere en la corrida. Acribillar a un animal es vergonzoso, por lo que entiendo el repudio a esta actividad

Estos son sólo algunos de los comentarios más recientes (también hay alguno, a favor de los toros, no del artículo). Podéis leer el editorial completo y dejar vuestro comentario al respecto aquí.

Para los más damnificados:

«Los lectores pueden escribir al Defensor del Lector por carta o por email (defensor@elpais.es), o telefonearle al número: 91 337 78 36″

Yo he llamado y me ha contestado un señor (algo borde) que más bien parecía el Defensor de El País. Me ha dolido un poco más que leer el texto, pero os animo a hacerlo.



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